SÁBADO INTENSO

Viernes: Hambre de convivencia. Conversaciones y lecturas atrasadas. Cena a base de algunas de las delicias regaladas. Placer intenso.

Sábado: Planes telefónicos -somos del siglo XX; pertenecemos a la pandilla 1.8- para la noche. Mañana y mediodía libre. Situación ideal para ir a la Exposición prevista: The Human Bodies. Tenía curiosidad y deseaba conocer el proceso de plastinado. Cuerpos descarnados, seccionados, loncheados. Mostrando nuestra cruda realidad. ¡O no tan cruda que en el proceso, los cuerpos quedan más curados que nuestros jamón turolense!. Resultado: aún ando noqueada tras la experiencia. Casi dos horas de observar, oír, ver y sentir nuestra simple inmensidad como seres vivos. Impresionada y dolida acabé Impresionante labor. Magnífico trabajo didáctico. Mensaje de autoresponsabilidad respecto a la salud. Altamente recomendable. Pese a las polémicas y los rechazos.

 

Eso sí: sin ganas de comer nada que se asemejase a una ralda de ser.  Guardamos el osobuco de pavo guisado para otro día. Se imponía dieta vegana: Menestra de verduras de la huerta del Ebro. Impepinablemente. No sólo por lo visto y sentido, también por las recomendaciones ofrecidas en la audio- guía y las reflexiones posteriores. Son sabidas y manidas pero…¡tan ciertas! y necesito reiterérmelas tanto para huir de mis tentaciones.

No somos responsables de nuestra concepción ni de nuestra llegada al mundo pero convertimos nuestro cuerpo en lo que nos somos día a día.  La duración de nuestra vida y su calidad dependen de nuestros hábitos.  Nada mejor que cuidarnos con las vitaminas, y los minerales de nuestra zona: zanahorias cortadas a cuadros con mimo, pequeños y tiernos guisantes previamente escaldados, alcachofas de plena temporada de Andosilla (Navarra), puntas de esparrágos de Navarra-de verdad, no de Perú ni de Chile, con todos mis respetos a esos países- comprados en la Feria de Pastriz, cebolla y ajo picados. Con un poco de su propio caldo de cocción anterior, sal, pimienta y un toque de aceite virgen de la almazara del Molino de Lázaro, en el Campo de Belchite. Todo un lujo que dejamos a fuego suave, para que se fundiesen los sabores y los olores mientras discurrían nuestros buenos propósitos. Los degustamos como un homenaje reconciliador y vital que apago la necesidad inmensa de llenarme de vida, de consolarme de tanta muerte, de tanto espacio negro, cerrado, de tanta urna.

Y, por la noche, cena sana, ecológica y divertida en las Jornadas de Belchite con un coloquio enriquecedor entre el director de cine José Luis Cuerda -con renovado aspecto gracias aquince kilos menso y ¡sin barba!, después de cuarenta años de llevarla!- y el director de Gastro, José Miguel Martínez Urtasun. Charlaron un poco de vinos, -Cuerda es propietario de una bodega de vino en Galicia, producto de la inversión de sus ganancias con «Los Otros»-, un mucho de comida – como buenos amantes, ambos, de las ricas viandas en genral y de las de Albacete y de Aragón especialmente-, muchísimo de cine -como director y  productor de éxito tiene mil anécdotas que compartir y, además, ¡está predispuestísimo a hacerlo!-.

Una auténtica fiesta para los sentidos con la charla y con el menú: crema de garbanzos con queso batanero -suave y riquísima- espaguettis de Lécera con quesos de Letux y setas de Almonacid, -¡con mucho fundamento!-  ensalada de contrastes, asado de ternasco y helado de chocolate de Vinaceite, con aceite del mejor… Buena conversación, alimentos sanos y entretenida escucha.

¡Me encantan los vivos y sus intensidades!. Buen provecho.

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3 respuestas a SÁBADO INTENSO

  1. vicente dijo:

    que fin de semana más embidiable, que delicia……………………

  2. lzgz dijo:

    Vaya, pues no estoy de acuerdo contigo en lo de la exposición. Después de la movida que se preparó en Banyolas con el asunto del negro disecado (con razón), ahora tenemos una exposición itinerante con bastantes más cadáveres expuestos previo pago de la entrada correspondiente.

    Aparte de ésto, aprovecho para felicitarte por tu blog al cual estoy enganchado desde que lo comenzaste.

    Un abrazo.

    • Liacice dijo:

      Dejo esta larga perorata explicando el porqué de hablar de ese tema.
      Antes quiero darte las gracias por la información de la historia del negro
      de Bañolas. No la conocía o la había olvidado (algo sí que resonaba
      cuando la he buscado igual que me parece recordar -aunque no he sido capaz
      de encontrarlo- las historias de ciertos museos en países civilizados
      -¿Londres?- que, con fines antropológicos, situaban a tribus enteras en
      sus instalaciones para que, a modo de Zoológico, los visitantes pudiesen
      ver cómo vivían. ¡Eso sí que es una barbaridad!. Los desubicaban, los
      obligaban a vivir encerrados, a mostrarse sin dignidad ante extraños,
      enfermaban y morían lejos de sus hogares y patria. Muy triste. Juro
      haberlo leído aunque no sé dónde).
      De todas formas, nuestros centros de cultura y saber están llenos de
      cadáveres: cientos de cuerpos momificados se exponen en muchísimos museos:
      momias egipcias, aztecas, peruanas,… Dan prestigio y se vanaglorian de
      tenerlas mejor resguardados que si las hubiesen dejado en paz en sus
      sepulturas de altos dignatarios.
      Tampoco hay que olvidar los huesos y calaveras de las excavaciones de Atapuerca -me maravillaron recientemente- y que gracias a ese recuperar cualquier depósito arqueológico, recuperamos nuestro pasado y supone todo un logro. Desenterrando cuerpos somos capaces de entender nuestros orígenes.

      ¿Qué lo malo es que son cuerpos actuales, contemporáneos nuestros, que es una empresa privada, un proyecto lucrativo, una idea de un profesor chiflado/ frankestiniano que quiere autoplastinarse cuando se muera, qué no sabemos de dónde salen esas personas?. Pues sí. Es verdad su aspecto dantesco y es cierto lo de los toques repugnantes que generan repulsa y desconfianza y siembran polémica.
      De hecho me quedé impactadísima. Esos pobres cuerpos loncheados me dejaron fatal y algunas de mis convicciones liberales se tambalearon ante la imagen de los fetos, los miembros… Entiendo que haya personas, aún más sensibles, que puedan llegar a vomitar y se escandalicen de lo que ven. Pero, pese a todo ello, su mensaje prosalud y su especto didáctico son innegables. Te aseguro que llevo años viendo (y mostrando láminas y vídeos del interior del cuerpo humano) y que hasta que no ví el entramado amasijo de alveólos o de capilares extendidos de esa manera no
      entendí las dimensiones reales de ésos y de otros órganos.
      Mi intención no ha sido la de hacerles propaganda sino la de mostrar el
      estupor ante la similitud de nuestra pequeñez corpórea con la de los
      animales de los que nos alimentamos. Es completamente cierto que no
      pudimos comer. Y que nos quedamos mal toda la tarde e hizo falta un buen
      encuentro para recuperar las buenas sensaciones. Salí convencida de querer donar mi cuerpo/ cerebro a la ciencia porque otras ideas se me reavivaron como la de que
      sólo gracias a la experimentación es posible aprender. Y hay tanto en lo que avanzar para curar. En fin, lo dejo aquí ¡que si suelto estos discursos, ningún comentario
      más aparecerá!.

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