CONJUGACIÓN VERBAL -O de cómo hacer una entrada para responder a la sugerencia de publicación de twitter sobre el día del trabajo (#diadeltupper) y cómo comemos en él. (El logo que se lucirá para el evento es éste, gracias a Javier de @pasardelaire, a @Malenasintango por la idea de organizar el #díateltuper y a @Comoju por la recopilación – y, unas gracias muy especiales, en mi caso, a Raquel de @aliment_ARTE, por «chivarme» el evento):
Yo TRABAJO. No sé por cuánto tiempo pero aún conjugo el verbo en presente, cruzo los dedos – yo que siempre fui «culo inquieto», que en cuanto me sentía estancada, en cuanto perdía interés o dejaba de aprender, me buscaba otra ocupación, otro lugar donde «realizarme». Ahora invoco a mi hada madrina para que «porfavor, porfavor, quemequedecomoestoy»-.
Y todos los jueves, me preparo la fiambrera, porque desde enero tengo que cumplir con la totalidad de la jornada presencial. Ya no vale trabajar en casa. Me tengo que dejar ver. Así que aprovecho para hacer dieta y me preparo frugales verduras sin rehogar, pescados mineralizantes sin aceites ni frituras – como en esta ocasión: brocolí, bacalao con ajos y piquillos- una manzana y un yogur.
O bien, está otra de las últimas versiones: cardos, sin salsa de almendras ni piñones pero jugosos y sabrosos gracias a los ajos y al jamón. Acompañados de huevo duro y tomates.
O la de pollo con soja, calabacín y setas, que combiné con mini tomates Kumatto y endivias, con fruta ácida de postre.
O, la fiambrera de chipirones encebollados y espinacas.
¡Hay infinitas posibilidades!.
En el curro no hay tentaciones. No hay riesgo de picar. Mi único desliz es repicotear de pensamiento en otras cosas que no sean los expedientes laborales mientras consumo despacio cada bocado y conjugo el verbo trabajar:
Tú TRABAJAS. Sin cobrar desde hace cuatro meses, pero sin poder irte hasta que salga el juicio porque si no serás tú quién lo pierda todo. Cada día te levantas con más ojeras, cada día con más canas, ya no te reconoces. No eres el mismo que hace nada se machaba en el gimnasio mientras planeaba viajar y cambiarse el coche, tener ese bólido con el que soñaste tanto. Ya no tienes sueños. Ahora sólo sientes temores y la vergüenza de ir a casa de tus padres a comer con los ojos vidriosos.
Él TRABAJA. Es autónomo poniendo madrugones, gastos fijos y esfuerzos haciendo repartos. Ha tenido que cambiar y repintar el logotipo de su furgón. La famosa empresa que le daba envíos, cada vez le apretaba más las tuercas. Llegó a ser insostenible: cada día un poco menos por paquete; unas semanas sin faena; en cambio, otras jornadas convertidas en interminables; rutas fuera, horas de más; penalización hiperbólica de los errores. Y sin chistar pero sin que le saliesen las cuentas. En la nueva, tampoco está mucho mejor. Pero al menos, no le critican el planchado del uniforme ni tiene que quitarse el pendiente. Triste triunfo de derechos laborales.
Ella también TRABAJA. No cree que por mucho tiempo. Está a punto de estallar. Llegó un jefe nuevo, con gesto torcido y mal hablar. Sintió su mirada sobre ella desde el primer segundo. Supo que no le traería nada bueno. Conoce bien ese destino. Salió huyendo de Ecuador por algo parecido. Él le sigue en la distancia cuando entra al almacén. Sabe que está al caer, ya ha esquivado varias trampas. Evita quedarse a solas. No sabe qué hacer. Ahora tiene bocas que alimentar, dinero que enviar. Les sigue diciendo que no sufran que a ella, en España, no le va mal.
Nosotros TRABAJAMOS. Han despedido a trescientos en el último ERE pero no estábamos en las listas. Afortunadamente. Tal vez en el próximo. De momento, cambio de horario, turnicidad a tres turnos sí o sí, sin concesiones, sin conciliaciones. Pero nos vamos arreglando. No comemos con nuestras familias, dormimos cuando los niños parten, estamos de mal humor, todo sube mientras te quitan el plus. Pero seguimos teniendo casa. El banco aún no puede arrebatárnosla.
Vosotras TRABAJÁIS. – Ayer sacaron a Herminio- comentáis en las taquillas, en un susurro aterrado-si esto sigue así, pronto despiden a alguna- y os santiguáis al unísono. Cada día hay un residente menos. Las familias los retiran, se los llevan a sus casas para sobrevivir gracias a la pensión del abuelo. – Antes se peleaban por quién iba a visitarle el domingo, ahora, lo hacen por el hogar que va a acogerle- lo comentáis con tristeza en el reducido descanso para comer. Antes podíais comer gratis, ¡hasta os dejaban elegir!. Ahora, ya no. – No están los tiempos. Es mucho dinero lo que le supone a la empresa- os dijeron- casi mejor, cada día era peor la calidad, cada día os provocaba más acidez de estómago. Claro que no sabíais si era por el aceite mil veces recalentado o las preocupaciones hirviendo.
Ellos TRABAJAN. Cinco millones de españoles trabajan buscando trabajo. Madrugan, acuden a la oficina de empleo, a las agencias de colocación, se acercan con urgencia a las ETT`s, acuden a una prueba surrealista, llevan su C.V. a una siniestra oficina que no sabe si les enviará a Laponia, entran esperanzados en Infojobs, Monsterjob o a Sujoputajobs. No pueden permitirse perder los cuatrocientos euros. ya han perdido demasiado. ¿Qué van a celebrar hoy?.
Ala que rico se ven todos
Gracias, María. Para ser consumidos en el trabajo y sólo semiaderezados, por lo de la dieta, la verdad esque no están mal, no. Buenas noches
Muy explicito, siempre en tu linea. Me gusta.
¡Qué buenos ánimos me infundes siempre, muchas gracias, Maestro!
Yo me he quedado en el pasado del verbo trabajar. Para el futuro solo veo otros verbos. Disfruta de tu tuper porque hacia donde vamos, aunque tengas trabajo, no es como para hacerse muchas ilusiones.
¡No te creas que no te tenía en mente mientras me deslizaba con mi fiambrera cuesta abajo!. Lamentable qeu esta sociedad esté dejando escapar talentos como tú!!. Menos mal que te sabes «emplear» -y nos haces disfrutar- con otros menesteres literarios y pirenáicos que yo sepa y, seguro que de mil maneras más. Un abrazo
Yo «tupperweo» dos veces por semana, la ayuda para comer de la empresa no me da para comer todos los días fuera, pero viendo como están las cosas, no me quejo, no vaya a ser… Y me siento privilegiado de no estar en la lista de despedidos del pasado marzo, y acojonado de poder estar en la próxima, puesto que el negocio no remonta…
Nos están convirtiendo en héroes a todos…
Un saludo.
¿A qué entra un «crujío» anal que te deja baldado?. Hasta el alma se nos resiente de puro pánico con cada tanda de despidos: Eso es terrorismo psicológico de los patronos y lo demás… Heroes abocados a elevarnos. No sé cómo pero de alguna manaera. Un beso, Alberto
Efectivamente, el orto (que dirían en Argentina) está apretadito desde que dan la noticia de los despidos, y se percibe en el ambiente una tensión poco sana, y un respiró mezclado con tristeza por los caídos cuando acaban. Bueno pensemos en mejores cosas, aunque con estos gobernantes va a ser difícil los próximos 4 años… Un beso.
¡Cuánta razón!. Es apabullante pero ¡no podemos dejar que nos abatan sin luchar de alguna manera!. Aunque sea de ésta: escribiendo y difundiendo nuestros pensamientos. De lo contrario, volveremos irremediablemente hacia épocas más oscuras de nuestra historia. Un fuerte (y animoso)abrazo
Genial !!
Un abrazo
Muchas gracias. ¡Menudo blog más «apetitoso» que te gastas!. Un abrazo dulce, dulce
Como siempre, se me abrio el apetito leyendo. Mi deseo: que mejoren los trabajos, que trabaje el que quiera y el que no, que no trabaje. Que continue la buena cocina y la dieta saludable, pero sabrosa. 🙂
Ja, ja. Gracias. Yo también comparto ese deseo. Un abrazo
Muchas opciones, muy variadas! Perfecto! Un abrazo.
Gracias, desde que supe de la convocatoria, ¡hice fotos a todas las tarteras! y no me acababa de decidir por ninguna así que…¡mejor todas que ninguna!, je, je. Además, como no es mi objetivo principal el mostrar las recetas paso a paso (me va más la literatura y otros «cociditos» que pululan alrededor del acto de cocinar y comer, no ví inconveniente en añadir más de una. Espero no haberos «agotado» o extralimitarme. Un abrazo de regreso
Genial entrada Cecilia, como siempre!!! y gracias por la mención!! Besets! Raquel
Gracias, Raquel!. Tenía que hacerlo, no la hubiese hecho si no es por tu preaviso y apoyo. Un beso
Creía que esta era tu aportación para el relato de Indignados del día 3. Pero no ya veo que hablas de la realidad, muy cruda de muchos millones de personas en este país. ¡enhorabuena a los que necesitan fiambrera para ir al trabajo! es una «buena» señal.
Besitos
Se me pasó el microrelato indignado!!!!!. No sé si reutilizarlo,je, je. de una maenra u otra, quiero participar. Muchas gracias por recordármelo, Elysa. Un beso
Pingback: Menú-Tupper Semana del 07/05 al 11/05 de 2012 – #diadeltuper | Por mis perolas | Blog de cocina
trabajar es un derecho, una olbigación y hoy por hoy es un lujo… un lujo como tus mil versiones de tupper que me han encantado pero si tengo que elegir me quedo con… LOS CHIPIRONES… QUE ME CHIFLAN!!
Me alegro de tu elección, Manu, los chipirones quedaron deliciosos y más saludables no pueden ser. Yo también soy adicta. Respecto a lo del trabajo…estoy contigo: un lujo es trabajar o, como decía mi abuela: «la mejor lotería que te puede tocar». ¡Ay, cómo duele recordar esas sabias palabras que ya creíamos desterradas!.
Yo soy de los de Ellos Trabajan ¡¡¡
Muy bien conjugados los vervos y las fiambreras que para mi así se llaman FIAMBRERAS
Un abrazo.
Gracias!. A mí también me gustan más denominarlas como Fiambreras y/o Tarteras. Tupper me recuerda demasiado a las tediosas sesiones de encuentros de madres en casa de la vecina. Recuerdo a la mía, quejicosa porque le habían invitado, de nuevo y por compromiso, sabía que acabaría yendo y comprando algo aún sin necesitarlo. Sesiones tipo Avon y Satand-Home. Además ahora, cada vez que oigo Tupper, me viene a la cabeza las «modernas» reuniones de tupper-sex. No, no me parecía oportuno emplear ese término para mi conjugación. Un beso (genial tu blog y tu entrada también)
Sin palabras,… tenemos un idioma muy rico, pero me has dejado sin palabras. Estábamos acostumbrados a no conjugar porque solo existia el presente y en nuestros sueños el futuro. Ahora tenemos el pasado, el presente nos da miedo y cuando se trata del futuro… nos agarramos a las fiambreras!!!
Sublime Lia, no dejas de sorprenderme.
¡Me vas a enrojecer, Pequillas!. Ya ves para loq eu me da el tarro de mis elucubraciones. para envasar deseos en tarteras y ¡comérmelas!. Un besazo
Muy bien conjugado!! Soy del grupo de los ELLOS, lamentablemente, así que hoy, qué narices, voy a celebrar que es viernes como cuando trabaj-ABA. Feliz finde!! 😉
«Carmanyola» per a tothom! Los menús son muy pesados. Acabas gorda y con las arterias atascadas con la grasa transformada.
¡Ave fiambrera!
Disculpa la tardanza en contestar. ¡Ave fiambrera también!. Un abrazo
Curioseando por tu blog, tropiezo con esta conjugación verbal que me ha parecido muy ingeniosa.
Un abrazo
Muchas gracias, Mercedes. Curiosea todo el tiempo que desees, sacia el apetito, no te quedes con las ganas. Un abrazo
Qué rica propuesta de tupper tambien, elaborada con gracia para llevar a la oficina y no pasarte 😉
me gusta!
Hay que buscarse los trucos para ceñirse a la ración recomendada, que yo soy de las que si me ponen la perola al lado…¡no paro hasta rebañar el fondo!. Je, je.
Gracias por pasarte por el blog y dedicarme esas palabras. Lo tuyo si que fue increiblemente bello. ¡Cómo me gustaría llegar a ese nivel de delicadeza y creatividad en las presentaciones y en las fotos!. Hasta el título del blog es «cosa grande». Un lujo. Saludos
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Gracias por visitar mi Blog, un saludo…!
Ha sido un placer!!!!
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