EnCRUDO COMEDIETANDO

 ¡Por fin: ya está, ya está, que sí, que sí!:  “ENCRUDO” en mis manos!!!!!!!!!!!!!!.

El número UNO del fanzine gastronómico, numerado con el 75, danza aquí mismo: de comedietas en Zaragoza, en mi casa  -por el momento- porque es un alma viajera, libre, que volará en breves, en busca de otros lectores hambrientos de diferencia – como decía RaqueLíquida  en su entrada- .

Que recalase en mis lares, me ha costado. El tiempo se ha dilatado. Mucho. Tanto que el número Zero ha pasado de largo, -snif, snif-. No soy de esas personas afortunadas a las que las cosas les llegan casi sin enterarse. De esas a las que les basta con formular un deseo para verlo realizado. De las que no han hecho más que sentir un ligero cosquilleo cuando ya tienen el apetito satisfecho. No. A mí, más bien todo me cuesta un triunfo. Ha sido mi cruz, mi proceso al aprobar ciertos exámenes -¡uf, el práctico de conducir, qué dolor!- al lograr un empleo semi- prestoso, al enamorar a quien me enamora, al encontrar un lugar acorde a gustos y euros donde vivir, … Pero soy tenaz. Terca. Cabezuda. Como se quiera decir. De las de «dale petaca». Maña, en una palabra. E insisto. Insisto hasta lograr hacerme con lo que anhelo. Éste es el relato ejemplo de mi conquista:

Buceando en la red para alguna entrada, allá por junio, me topé con un blog de título sugerente: elchefhamuerto.wordpress.com. Hablaba de desayunos canallas y sus consecuencias. Hacía poco que Santi Santamaría había muerto y no pude resistirme: lo abrí. Comprobé que no tenía que ver con él pero así pude enterarme de la existencia de un mini- foro que seleccionaba nombre para un proyecto tan disparatado como el de recuperar los viejos fanzines tan frecuentes en los bares que nos acogían en… ¡el siglo pasado!. Con la novedad de versar sobre una temática más acorde a la última moda: la gastronomía. ¡Justo lo que me tienta!. ¡Justo de lo que estoy hambrienta!.

Perfecta conjunción. Dos pasiones unidas porque siempre he adorado los fancines. Los comprábamos con los ahorros comunales procedentes de nuestras propinas adolescentes. Nos los íbamos pasando de casa en casa (todas vivíamos con nuestros padres) y era una de esas cosas ilusas que sentías que no ibas a dejar de hacer nunca. ¡Mundo perfecto!. – Hace tiempo que la colección descansa en paz, en casa de Carmen. Tesorera de ese retazo de juventud.- Por eso, no podía creer lo que estaba leyendo: ¡una recuperación del fanzine y casi con el mismo espíritu!. Lo de menos es que los nuestros tratasen de la contracultura musical, de la movida, del punk, de la subersión política,… ni que los los hiciesen colectivos de ilustradores de Zaragoza, o de Okupas de La Casa de la Paz y demás subversivos anarkas. Lo de más es que su finalidad es también actuar de revulsivo, de motivación al cambio, de fomentar la inquietud en un no quedarse quieto, no parar. Su objetivo es pasar de paladar en paladar, despertando papilas durmientes. Y, como a las mentes pensantes que andan detrás, les gusta la literatura negra y lo crápula, los contenidos prometían. En sus propias palabras, EnCrudo sería:

– Una visión caleidoscópica de la arquitectura Negra, Urbana y Canalla de la gastronomía.

¡Qué subidón de adrenalina!.  Aun sin percatarme por completo de lo que realmente trataba, envíe un comentario que se perdió en el ciberespacio. No era su momento. Primer intento fallido. Mese por delante me esperaban, lo veía venir.

Pero no desesperé. Seguí visitando el blog de Yanet Acosta, una de esas personas presentes en el desayuno generador.  Su cara sonriente ya me había conquistado. Iba apareciendo por aquí y por allá. Rodeada de importantes -como Adrià, Dacosta, Aduriz, Joan Roca, etc.- gracias a las presentaciones de su libro en las mejores cocinas y medios. Porque el título del blog se refería a una novela suya también  gastronegra, con un personaje al estilo Carvahlo– aunque algunos piensan que es un híbrido entre Torrente, Pepe y Colombo- que ha perdido el sentido del gusto y tiene que descubrir al asesino de un gran cocinero. Ven Cabreira, el protagonista, es un detective canalla, bregado, irónico y divertido que se pasea por Madrid, en cocinas de prestigio y bares, y que con descaro se desenvuelve igual entre ostras y licores que entre tortillas y cafés, porque Yanet se ha ocupado en «rendir un homenaje al bar de barrio».  No cuento más que sino ¡lo destripo y se acab la gracia! . Mejor que hurgéis por cuenta propia.

( Con el recomendable libro de Yanet, El Chef ha muerto,  tuve un poco más suerte. Al segundo intento serio, logré comprar uno de los dos únicos ejemplares que les quedaban en La Casa del Libro.  Y lo devoré, de un tirón, con deleite).

Pero con EnCrudo… ¡la cosa seguía… MUY CRUDA!. Aún así, no dejé de intentarlo. Más meses. Mi deseo se incrementaba porque cada vez sabía más cosas sobre los ideólogos del asunto e, incluso, de los contenidos.

Supe de su nacimiento, producto de encuentros y conversaciones canallas entre Yanet Acosta, – la polifacética profesora universitaria, escritora inquieta, periodista gastronómica y presidenta de la Asociación de la Prensa Gastronómica y Nutricional. ¡Uf, menudo curriculum! – y el artistazo y creativo  Jacobo Gavira. Ambos, con una generosidad sorprendente en estos tiempos, se unieron para aportarnos sus soprendentes ideas, con espíritu colaborador lo abrieron a otros profesionales y aficionados a la comunicación y a la gastronomía y pusieron en circulación GRATUITAMENTE los fancines viajeros!!!!!.

Al poco, leí el artículo-bombazo del Comidista en El País. ¡Me picaba todo el cuerpo de las ganas!.  La entrevista de Mikel López Iturriaga lo puso en boca de mucha gente y supuso una avalancha de peticiones. Los coemntarios crecían. ¡Qué miedo egoísta me invadió!: – nunca llegará a mí con tanta difusión-.  ¡Menos mal que me equivoqué!.

A finales de julio, volví a ponerme en contacto con Yanet y me recomendó inscribirme en el grupo propio de facebook. A ello me lancé en septiembre tras el parón estival y… ¡eso sí fue un primer gran paso!.  Por lo menos, ya me sentía parte de la troupe de seguidores. Podía ir viendo lo que Jacobo iba colgando, consolándome con la versión digital. Con la expectación compartida, con las genialidades del propio Jacobo y de algunos participantes. Aunque sin dejar de derramar ruegos, por supuesto. Por ése ser cansina, comenzamos a «hablar» entre varios cercanos residentes, asesorados por Yanet y…

… ¡el lunes, 21 de noviembre, por fin, la semana comenzó con un flamante encuentro en el recién reinagurado «Café Ideal Windsor «, -un lugar mítico de tertulias y cafés en el pasado- con el resultado esperado: conocer a Luis Varona y poder tocar, leer, saborear el EnCrudo!. Intenté respetar el turno de mano turolense pero para no prolongar más el asunto: una caña, una agradable conversación y un breve paseo por la plaza para inmortalizar el momento y dejar constancia de su rule por el mundo maño. Hicieron que fuese real.  Hicieron recuperar años perdidos y sentir el deseo de escribir, escribir y escribir. Y esta  entrada es la prueba.  De mi cara feliz no dejo muestra -un emoticono cualquiera serviría- y del lugar, esta foto:                                                                                                                                                                       GRACIAS